¿Un viajero de este siglo? Andrés Neuman

Que la editorial se lo haya solicitado, historia de matar dos pájaros de un tiro, me parece natural. Que Andrés Neuman, como cualquier escritor coherente, lleve un diario de viaje, no sorprende a nadie. Lo que me llama la atención es que el propio Neuman haya considerado que las micro-notas de su diario Cómo viajar sin ver –escrito durante su itinerario de la gira (sic) del Premio Alfaguara– eran algo para decir públicamente.

Escribir y publicar son acrobacias tan distintas como lo son darse una ducha y poner el culo al viento en plena avenida principal. El de Neuman –que escribe razonablemente bien, insisto, y parece un pibe piola– en este libro no luce muy decente. Me pregunto para qué existen los blogs sino como un posible estadio intermedio entre el buen criterio y la indecencia.

Del libro en sí hay poco para decir. Dieciocho ciudades, sendos países, demasiados párrafos. Las descripciones de los hoteles son lo mejor. Y eso es mucho decir. Por sus doscientas cincuenta páginas pululan tibias reflexiones que se podrían resolver sin misterio con una botella de vino o dos dedos en la garganta.

Curiosamente, vuelvo de su tierra, de visitar su entrañable Granada, y leo en paralelo textos de Picasso. El contraste con el malagueño es de una violencia tal que siento vergüenza ajena y caigo en la cuenta de que este libro de Neuman me recuerda a un conocido, igualmente escritor, que publicó algo que alguien compró por novela y que cada mañana le da una pulidita al ombligo, cuestión de mantener el tono.

Finaliza el vuelo Málaga-París. Cierro el libro, terminado con desgano, proscrito a un punto tal que ni siquiera le agregué notas, y concluyo –remedando el estilo– que todo libro es una huella y cada huella denuncia sus límites.

– o O o –
Javier CoutoJavier Couto (Montevideo, 1974) es narrador. En 2010 obtuvo una mención de honor por Voces (cuentos) en el XVII Premio Nacional de Narrativa “Narradores de la Banda Oriental”. Su novela Thot fue finalista del Premio Minotauro 2013 (Editorial Planeta). En 2014 obtuvo una mención de honor con su libro de cuentos Del otro lado, en el Concurso Literario Juan Carlos Onetti 2014 y la primera mención en el Concurso Internacional de cuentos Julio Cortázar.

5 comentarios:

sokon m dijo...

"pot-pourri de entradas inmundamente autobiográficas de su blog"

perfecto! por fin alguien describe adecuadamente lo que escribo ;-)

sokon m dijo...

en realidad estaba planeando poner mi diario de viaje por Francia en el blog, pero ahora me dio cosita; a lo mejor pueda rescatar el incidente con el pichi que me quedó puteando cuando me pidió para fumar y, encogiéndome de hombros le dije (igual que había practicado frente a un espejo) 'désolé'

o cuando le pregunté a una muchacha rubia apuntando para el sur si por esa vía pasaba el tren de proximidad a Paris (y ella me dijo que si, pero informándome que el tren iba en el otro sentido)

o mis paseos por al lado del sena, una especie de guía triste de París... aunque creo que Alfredo Bryce Echenique ya me copió la idea (no se con cuanto éxito)

Anselmo dijo...

Hay tantas formas de mostrar envidia...

Javier Couto dijo...

no, sokon, ud. tendría que ver lo que son esas entradas (frase rara ha quedado), postee tranquilo, postee

en otro orden de cosas, sería digno de un imbécil envidiar ver mi nombre asociado a perlitas como:

- Volar es empezar a aterrizar.
- Uno despega para aterrizar en sí.
- Viajar rápidamente, ¿es pasar a través o alrededor de las cosas?
- Los montevideanos son porteños sin histeria.
- Las mexicanas carecen de nalgas, como si se hubieran hartado de que sus compatriotas se las pateen.
- Los atascos de Caracas. La Caracas de los atascos. Cada atasco de Caracas. La Caracas de cada atasco.
- Por las noches, igual que en Venezuela, todo el mundo se va a bailar. ¿Salen para rumbear? ¿O rumbean para salir?
- Aquí (República Dominicana) la cirugía no parece una opción, sino una premisa. Miro los escaparates, la ropa a reventar, los maniquíes con siliconas.

dos dedos en la garganta, mi viejo, y un mínimo de rigor y autocrítica también

sokon m dijo...

'volar es empezar a aterrizar' dice, y yo me imagino a Bas Rutten tirando por el aire a un tipo en una cantina. la de aterrizar en si podría ser la caída en que Emelianenko cae sobre si y casi se fractura el cuello

después de 14 horas de vuelo y de cagazo (porque en el avión venían 3 o 4 judíos ortodoxos y yo pensaba: o D nos ayuda porque hay gente muy cercana a Él o bien estamos en el blanco de un atentado terrorista) me animo a discrepar con eso de que volar es aterrizar